La huella de Antonio Palacios en la Gran Vía
En 1918 Antolín y Jacinto Matesanz adquieren un solar de 716,5 m2 situado en el segundo tramo de la, en ese momento en construcción, Gran Vía. Su idea era levantar un edificio dedicado únicamente a actividades comerciales (tiendas, oficinas y despachos), sin viviendas. El proyecto es encargado a Antonio Palacios Ramilo, que en esas fechas ya había proyectado un edificio entre la calle Mayor y la calle Arenal destinado a parecidos fines, Casa Palazuelo (si visitamos ambos edificios podremos comprobar ciertas similitudes).
Este edificio fue proyectado en el año 1919, parece ser que inspirado en los “de análogo carácter construidos en las grandes ciudades del extranjero y muy especialmente en las de Norte América”, y se construye entre los años 1921 y 1923. Como hemos mencionado se sitúa en el segundo tramo de la Gran Vía, una zona prácticamente dedicada solo a edificios con la misma función.
Su planta es bastante sencilla (al igual que Casa Palazuelo), con un gran patio en el centro cubierto por una vidriera, en el cual se encuentran dos ascensores exentos. Al final del patio y enfrente de la entrada principal se sitúa una escalera de estilo imperial que da acceso a todas las plantas, incluidas las últimas a las que no se puede acceder por el ascensor. Adornando la escalera podemos ver decoraciones cerámicas con tonos metálicos, algo que ya hemos contemplado en otros edificios de Antonio Palacios.
En las plantas las oficinas se sitúan en galerías alrededor de ese patio central, a excepción de la tercera planta que está cubierto el patio.
Como curiosidad decir que en el solar sobre el que se construyó este edificio había estado ubicada en el siglo XVI la vivienda construida por Juan de Herrera para el escultor de Felipe II, Giacomo da Trezzo, más conocido como Jacome Trezzo; el cual dio nombre a una calle que con la construcción de la Gran Vía desapareció en su mayor parte.
Sin comentarios