El teatro de provincias más cercano a Madrid
El 15 de octubre de 1885, el entonces Teatro de la Princesa abrió sus puertas a lo más selecto de la alta sociedad española de la época, entre el público se encontraba la reina María Cristina, “su suegra” Isabel II, y las infantas Isabel y Eulalia. El teatro se había construido en las “afueras” de Madrid, en la zona de Recoletos, para evitar que al mismo fuera el “populacho” que pagaba poco y alborotaba mucho. Debido a esa “lejanía” del centro los profesionales de la escena se referían a él como “el teatro de provincias más cercano a Madrid”.
Y hoy entramos en él. Por favor, acompañadnos.
El proyecto del marqués de Monasterio
Alfonso Osorio de Moscoso y Osorio de Moscoso, II duque de Terranova y IV marqués de Monasterio, hijo de Fernando Osorio de Moscoso y Fernández de Córdoba y de María Eulalia Osorio de Moscoso y Carvajal, duquesa de Medina de las Torres, fue Licenciado en Derecho, senador, diputado en Cortes por Pontevedra y Maestrante de Sevilla. La idea que tuvo Alfonso Osorio de Moscoso fue levantar un teatro exclusivo, como hemos dicho al inicio, buscando un público selecto, para ello le encargo al arquitecto Agustín Ortiz de Villajos su construcción, y se situaría en uno de los terrenos propiedad de su madre en el Paseo de Recoletos, por cierto, muy cerca de la residencia del marqués, obra también de Ortiz de Villajos.
El teatro se denominó de la Princesa en honor a María de las Mercedes de Borbón y Austria, hija del rey Alfonso XII y María Cristina de Austria.
Los buenos inicios del teatro no duraron mucho, la muerte de Alfonso XII el 25 de noviembre de 1885, y sus consecuencias en la vida social de la aristocracia madrileña provocaron un periodo de dificultad económica.
Agustín Ortiz de Villajos
Para levantar el teatro se eligió al arquitecto Agustín Ortiz de Villajos, nacido en Quintanar de la Orden (Toledo). Ortiz de Villajos ya había llevado a cabo varias construcciones en Madrid, como la desaparecida iglesia y Hospital del Buen Suceso, o la iglesia de San Andrés de los Flamencos junto con su hermano Manuel (hoy sede de la Fundación Carlos de Amberes). Aunque buena parte de su trabajo tuvo relación con los edificios dedicados al espectáculo, como el desaparecido Teatro-Circo Price, el Teatro de la Comedia, o nuestra visita de hoy, el Teatro de la Princesa.
Otras obras en Madrid llevadas a cabo por el arquitecto quintanareño fueron la Casa-Palacio de Don Ramón Pla Monje, hoy edificio Recoletos 4 o Edificio Aurora Polar, el Palacio de la Duquesa de Medina de las Torres, hoy Edificio de la Fundación Mapfre, o el Palacete del Conde de Casa Valencia, hoy perteneciente al Ministerio del Interior.
María Guerrero
María Ana de Jesús Guerrero Torija nació en Madrid en 1867. Era hija de Ramón Guerrero, reputado decorador y mueblista que trabajaba para varios de los teatros madrileños y mantenía buenos contactos con algunos de los mejores actores de la época; y fueron esos contactos los que permitieron a María poder desarrollar su vocación artística, así como ingresar en la compañía del Teatro de la Comedia, cuyo director era Emilio Mario, con la cual debutó el 28 de octubre de 1885 en el Teatro de la Princesa, representando “Sin familia” de Miguel Echegaray.
Su ascendente y exitosa carrera la llevó a convertirse en empresaria, y en 1894 se adjudica la explotación del Teatro Español por 10 años. Pero las lentas reformas del edificio primero, y luego las largas ausencias de María de la capital, mientras realizaba giras por América Central y del Sur, provocaron que el contrato de explotación del Teatro Español estuviera en peligro. Debido a esto, María junto a su marido, el actor y empresario Fernando Díaz de Mendoza, deciden adquirir el Teatro de la Princesa en 1908.
Años después, el proyecto, mal medido, de construcción del Teatro Cervantes de Buenos Aires les creo serios problemas económicos, por lo que se trasladan a vivir a los pisos altos del propio Teatro de la Princesa. Allí vivieron hasta que la actriz falleció, el 23 de enero de 1928.
El Centro Dramático Nacional
A la muerte de María Guerrero el Estado español adquiere el edificio como sede del Conservatorio de Música y Declamación. En 1931, el Ayuntamiento de Madrid cambia el nombre del Teatro de la Princesa por el de María Guerrero en honor a su anterior dueña. Durante la II República el teatro fue sede del Teatro Escuela de Arte de Cipriano Rivas Cherif. Durante la Guerra Civil el edificio estuvo cerrado, y no es hasta 1940 cuando pasa a ser Teatro Nacional. Es ya en 1978 cuando pasó a ser sede del Centro Dramático Nacional, hasta hoy.
El Teatro
Del edificio podemos indicar que su fachada es de orden neoclásico, y contemplándola podemos localizar una serie de medallones en honor a una serie de dramaturgos, y más arriba, en su frontón, podemos ver las iniciales TP entrelazadas. Adelantado a la fachada se encuentra el porche de acceso, hoy cerrado, pero que en su día permitía la llegada de carruajes y sus ocupantes al teatro y descender al resguardo de la lluvia protegidos por una visera acristalada. En 1918, el arquitecto Pablo Aranda le añadió al edificio un piso para paliar la falta de espacio.
Una vez dentro visitamos el auditorio, con forma de herradura, y que al igual que en el Teatro de la Comedia el hierro es el material que más abunda en la realización de sus balcones, siendo este un buen ejemplo de las obras realizadas con forja durante el siglo XIX. La decoración del mismo es neomudejar, siendo un elemento a destacar su techo, con el rosetón creado con pan de oro y cristales de colores.
Continuamos nuestra visita por el teatro visitando algunas de sus salas, finalizándola en el nuevo espacio escénico, la Sala de la Princesa, situada en el piso inferior del teatro.
No queremos despedirnos sin agradecer a los miembros del Centro Dramático Nacional que nos han guiado, y contado de una manera excepcional la historia de este teatro.
Un saludo y salud para todos.
Fuentes y más información
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