Primera sede de la Diputación Provincial de Madrid

De nuevo podemos visitar un palacio; hoy nos trasladamos al nº 25 de la calle Miguel Ángel, donde se encuentra la sede de la Delegación del Gobierno en Madrid, y que, al igual que el Palacio de Villamejor pudimos conocer su interior gracias a las jornadas de puertas abiertas organizadas durante la Semana de la Administración Abierta.

Nos adentramos en la que fuera residencia de los Marqueses de Borghetto.

La residencia del marqués

Don Felipe Morenés y García de Alessón, VIII marqués de Villarreal de Burriel y I Marqués del Borghetto (título concedido en 1903 por Alfonso XIII), nació en Tarragona en 1870, fue diputado por Almagro y senador por Ciudad Real. En el momento en el que tuvo que buscar donde alojarse en Madrid eligió una zona próxima al Paseo de la Castellana, en concreto la parcela hoy situada entre la calle Miguel Ángel esquina con la calle García de Paredes, para levantar allí su residencia. No es rara la elección, pues a principios del siglo XX la zona del Paseo de la Castellana era la elegida entre los personajes que querían destacar en sociedad (como ya vimos en nuestra visita anterior).


El arquitecto Ignacio de Aldama Elorz (también autor de la Casa-palacio de M. Fourmond et Fontaine, del Edificio Rialto o de varios edificios de viviendas en Madrid) fue el encargado de realizar el proyecto del palacete cuyas obras empezaron en 1913 y acabaron en 1919. El diseño de Aldama Elorz era de influencia francesa, y el edificio se componía de tres plantas en torno a un patio central cubierto. Como curiosidad destacar que la fachada principal, con un balcón monumental enmarcado entre dos pares de columnas y sobre el que podemos ver un escudo, no da a la calle Miguel Ángel, donde se sitúa la entrada principal, y no a la calle García de Paredes.


Durante la Guerra Civil española el palacio estuvo abandonado, desconocemos quien era su dueño en esa época, parece ser que la familia del marqués ya no lo era.
En 1940 el palacio pasó a ser sede de la Embajada de Japón, y no dejó de serlo hasta 1953. De esta época se mantiene aún la maravillosa decoración del actual despacho de la Delegada de Gobierno.

El 31 de diciembre de 1953 se anuncia la compra del edificio por parte de la Diputación Provincial de Madrid para ser su sede, inaugurada el 6 de octubre de 1956.
En 1983 pasa a ser la sede de la recién estrenada Presidencia de la Comunidad de Madrid. Y ya el 24 de julio de 1986 pasa a ser propiedad de la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid, hasta hoy.

El interior

Accedemos al palacio por la entrada de carruajes y una vez que llegamos al acceso al interior del edificio nos recibe el antiguo escudo de la Diputación Provincial (con los escudos de los partidos judiciales de Madrid hasta 1965), donde podemos contemplar los escudos municipales de : (zona superior) Alcalá de Henares; Navalcarnero; San Lorenzo de El Escorial; Colmenar Viejo; (zona inferior) Chinchón; San Martin de Valdeiglesias; Getafe; Torrelaguna y (centro) Madrid.
Como curiosidad el escudo de Getafe que se ve bordado es el que se aprobó en 1967, año en el que ya se había llevado a cabo una nueva distribución de partidos judiciales de Madrid que ya no incluía a esta localidad. Como representación de este municipio debería de haber un globo terráqueo, emblema que perdió después de un litigio con Pinto.


Una vez dentro del edificio entramos a un vestíbulo desde el cual tenemos acceso a la escalera para acceder al piso superior y también al denominado Salón de Eventos, lugar preparado para actos oficiales, en el cual podemos destacar la decoración mediante mármol de tono verde y su techo, que según nos cuentan es el original.
Comentar que las diversas obras que podemos ver decorando las paredes de las diversas salas son en su mayoría prestamos del Museo Reina Sofía.


El Salón de Eventos sirve a su vez de distribuidor desde el podemos acceder a otra serie de salones, empezando por la Sala de Tapices, antiguo comedor, y que según parece se usa como sala de reunión para los gabinetes de crisis. El nombre de esta sala lo dan los diversos tapices que decoran sus paredes, y que provienen de la Fabrica de Tapices, todos ellos con motivos goyescos
. La decoración de las paredes, en mármol, así como la de las puertas, decoradas con delicados dibujos, hacen de esta sala una de las más espectaculares del palacete.


De la Sala de Tapices, y también con acceso desde el Salón de Eventos, podemos acceder a la denominada Sala Rosa, el porqué de este nombre creemos que se puede ver claramente si contemplamos alguna de las fotografías de la misma. 


Como ya hemos comentado, en este palacio estuvo la Embajada de Japón entre los años 1940 y 1953, y huella de este paso lo podemos ver en el actual despacho de la Delegada de Gobierno. La decoración de las paredes forradas con papel de seda, la de las puertas la decoración con escenas típicas japonesas, el artesonado del techo en fondo rojo rematado con la forma de pavos reales, se han mantenido tal y como se dejaron. También se mantiene algún toque de “modernidad” cómo son los radiadores de hierro fundido que aún perviven.
El despacho de la Delegada tiene acceso a la Sala de Tapices, y también a otra sala de reuniones desde la cual accedimos.


Abandonamos la planta baja para acceder a la primera planta y visitar el que fuera Salón de Baile, en los años 50 reacondicionado como Salón de Plenos de la Diputación Provincial. Aunque mantiene la estructura original, con los huecos donde seguramente fueran colocados espejos y las columnas del mismo estilo que el Salón de Eventos, la decoración en mármol así como los estrados pertenecen al momento de la reforma como Salón de Plenos.
Desde este salón podemos acceder al balcón que da a la calle García de Paredes.


En la sala que precede al salón podemos encontrar como decoración una serie de orlas con los diversos “ocupantes” del Palacio desde que fue usado como sede oficial.


También en la primera planta se encuentra la que fuera la capilla del palacete, muy reformada pero que mantiene su planta de cruz latina, así como la puerta de entrada y unas fantásticas vidrieras en las ventanas, en la zona del altar también se reconocen ciertos elementos que nos recuerdan su origen. La capilla fue desacralizada y actualmente es una sala de reuniones.

Y para acabar… un aperitivo 

Hay que decir que en la Diputación Provincial de Madrid si que saben organizar un acto; al finalizar la visita nos ofrecieron un aperitivo y pudimos chalar con miembros de su personal, así cómo con la Delegada. Propusimos abrir al público el palacio más a menudo, pues es una pena que estos espacios públicos con tanta historia no se puedan ver de una forma más “sencilla”, no sabemos si habrá servido para algo, pero al menos lo dejamos caer.

No nos queda más que dar las gracias a todos los que nos atendieron y guiaron por su amabilidad y “buen hacer”.

Salud para todos.


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